y no morir en el intento de cumplirlas.

El fin del 2022 está próximo y los planes y metas por cumplir empiezan a rondar la cabeza. A veces solemos castigarnos por no haber logrado aquellos propósitos que nos trazamos el año anterior, pero ¿realmente deberíamos hacerlo? Nosotros creemos que no. ¡Somos humanos! Y vivimos un día a día que necesita de nuestra atención, emergencias que atender, tiempo que compartir, tenemos una vida que vivir. Entonces no es que el tiempo pase más rápido, es que el tiempo simplemente pasa y debemos estar presentes, levantarnos con una meta diaria, la de vivir la vida como queremos, rodeados de los que amamos, disfrutando momentos con ellos, siendo conscientes de que la vida son esos espacios, risas, abrazos, celebraciones. Por eso, es importante que antes de plantearte objetivos te preguntes lo siguiente: ¿Qué quiero para mi vida? Piensa en metas concretas, que te motiven a trabajar en ellas pero que no se vuelvan una carga imposible de llevar. ¿Cómo quiero conseguirlo? Trázate metas a largo plazo que puedas convertirlas en pequeños objetivos en cada día, que puedas trabajarlos diariamente para mantenerte motivado. ¿Por qué lo quiero? Busca siempre lo que quieres hacer y no lo que tienes o debes hacer, para que no se convierta en un peso para tu vida. Visualízate siempre alcanzando tus metas e imagina cómo te sentirás mientras lo logras. ¡Empieza ahora!

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